Por aquello de las amistades reales

12 de diciembre de 2016
Hormigueros, Puerto Rico

 

Dios, el universo, Pachamama, quien desee usted me ha bendecido con amistades únicas y de un valor encomiable. Con el paso de los años me he dado cuenta que algunas amistades son para siempre, otras van y vienen y simplemente otras llegan con un propósito y se alejan o yo me termino alejando. No hay nada mal en esto, la vida es un círculo constante que nos lleva a cambios constantes, nos lleva a desarrollarrnos y a crecer como seres humanos, a madurar.

Es triste ver como personas que en algún momento de la vida creímos ser parte de ese círculo, no entienden que las amistades tienen todo el derecho de crear otros círculos de amistades, que pueden desarrollar otros ambientes en donde puedan crecer como seres humanos integrales. Pero esto va mucho más allá.

Cuando realmente amamos a nuestras amistades, nos alegramos que sean felices, que se desarrollen, que conozcan otras personas que alimenten sus vidas con amor, solidaridad y respeto. Estas conductas erráticas en muchas ocasiones se deben a inseguridades que provienen de la niñez, en otras ocasiones son conductas que necesitan ayuda profesional.Más de una cosa sí estoy segura, quienes son amigos realmente, nunca pondrían en duda la amistad de nadie.

Tengo amigas que no veo constantemente, ellas saben quienes son, nuestra amistad es tan sólida que se que las puedo llamar a la hora que sea y ahí están para mi y vice versa. Otras que están lejos, y gracias a la maravilla de la internet, puedo mantenerme en contacto constante con ellas. Hay otras, que han llegado hace poco tiempo, gracias a otras amigas, que las valoro como si las conociera de toda la vida y son imprescindibles en mi vida. Yo amo a corazón abierto y en ocasiones como dice mi marido dice: “Te entregas demasiado y sales agolpada”. Pero esa soy yo, creo en todos, pues creo en la humanidad.

Lala

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